Reír es la única salida

Singlot Festival: Hemos decidido ir a esa luna

viernes, 28 de julio de 2017 • 13:43h

Actualización: lunes, 12 de marzo de 2018 • 11:15h

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«La actuación de Pepe Viyuela debería mostrarse
en los colegios para enseñar qué es la sencillez»

Es fundamental distinguir lo sencillo de lo simple. A lo sencillo se regresa tras depurar lo complejo. A lo simple se llega cuando no se tiene talento para ir más allá. A veces lo sencillo y lo simple se parecen, están cerca el uno del otro como están cerca los que se cruzan siguiendo trayectorias opuestas. A lo sencillo se llega en el viaje de vuelta. A lo simple, en el de ida. La actuación que nos ofreció Pepe Viyuela ayer tras recibir el ‘Singlot de Honor 2017’ debería mostrarse en los colegios para enseñar a los niños qué es la sencillez: una guitarra, una silla y una mímica depuradísima resultado de ir extrayendo laboriosamente lo esencial del bendito arte del payaso. Puede parecer simple, pero es todo lo contrario: es sencillo, fruto de una costosísima elaboración.

Pepe Viyuela

Ramon Fontserè y su banda juglaresca ofrecieron a continuación otra muestra de sencillez: «Zenit» es otro ejemplo de lenguaje escénico que regresa de territorios más complicados hasta alcanzar la contundente eficacia y la directa expresividad de la sencillez. La escena inicial narra la historia del periodismo, desde las cavernas hasta la actualidad, pero también es la narración del viaje de cincuenta años de la principal compañía de teatro de nuestro país hacia la claridad y la limpieza —en la escenografía, en la sonoridad, en el uso de la corporeidad de los actores—. Hay otra diferencia fundamental más entre lo sencillo y lo simple: lo simple es fácil y finge ser difícil, lo sencillo es dificilísimo y parece ser fácil.

En su famoso discurso del 12 de septiembre de 1962, el presidente Kennedy pronunció su famosa sentencia: «Hemos decidido ir a la luna. Y lo hemos decidido no por que sea fácil, sino porque es difícil». Por tercer año consecutivo, EL TERRAT se ha embarcado en la realización del mejor —es el único, ¿quién va a discutir que es el mejor?— festival sobre el humor que combina actuaciones de primer nivel, jornadas profesionales con los creadores más innovadores, mesas redondas, talleres y todo lo que pueda aportar un grano de la arena de la costa de Sant Feliu de Guíxols al mundo de la comedia. Y han decidido hacerlo no porque sea fácil, sino porque es difícil. No porque sea simple, sino porque es sencillo. Así como cualquier frase verdadera en economía ha de tener necesariamente más de veinte palabras, cualquier frase de más de veinte palabras sobre el humor ha de ser necesariamente falsa. No hay fenómeno más elemental y más difícil de entender que la risa, y durante el SINGLOT 2017 un montón de profesionales de esta profesión imposible van a intentar realizar el viaje de vuelta desde lo complejo hasta lo sencillo. Anoche, mientras David Amills y Jaume Vilaseca recreaban a David Bowie con el disfraz de Lou Reed o Joaquín Sabina, la luna de Sant Feliu entró en cuarto creciente. Su sencillez y su dificultad seguirán creciendo durante los próximos tres días. Hemos decidido ir a esa luna.

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