Lo que tiene el karma es que forma círculos
Si hacemos caso a las religiones dhármicas, cada una de nuestras acciones generan una energía básica que vuelve posteriormente sobre nuestros actos causándonos venturas o desventuras. Esa energía es el karma. Tal es su magnitud, que sus efectos trascienden a la propia vida actual del individuo y es la principal responsable de la forma en la que se producen las futuras reencarnaciones del alma. En cada reencarnación se cumple el karma de la anterior. Si te has portado bien, te reencarnarás en una especie animal más elevada y llevarás una vida más satisfactoria. Si te has portado mal, te espera una vida de sinsabores siendo miembro de una especie animal de baratillo.
Si aplicamos la doctrina del karma al Singlot habrá que concluir que muy bien se tuvieron que hacer las cosas en ediciones anteriores para que la reencarnación de 2018 haya salido tan acertada. El «Nadie Sabe Nada» de Andreu Buenafuente y Berto Romero en el abarrotado teatro Narcís Masferrer requiere de mucho karma positivo acumulado por buenas acciones previas. Y el nivel de risas que provocaron estos dos cómicos junto a Raúl Cimas y Silvia Abril en el «Hem de Parlar» del espectáculo nocturno en el Espai Port de Sant Feliu colocó a los cuatro monologistas —y a los mil quinientos asistentes— a un paso de la iluminación budista. Un chiste más de Berto, un gesto más de Cimas, y habríamos entrado en el Nirvana.
Lo que tiene el karma es que forma círculos. Viciosos a veces, a veces virtuosos. El ciclo de las consecuencias de nuestros actos no se detiene, y la clausura de este Singlot solo es el momento anterior de la inauguración del siguiente. Habrá Singlot Festival 2019, y en esa futura reencarnación se obtendrán los frutos del karma generado por el Singlot Festival 2018. El primer día del festival, Edu Galán y Darío Adanti nos dieron su moderada y matizada opinión sobre el Dalai Lama y el budismo en general. Salvo que al mismísimo Siddharta se le vaya la olla y nos castigue por el «Mongolia sobre hielo», podemos estar casi seguros de que el año que viene el karma volverá a cuajar el mejor festival de humor del país bajo el mejor cielo protector de Sant Feliu.
(Fotografías: Mar Simó)